El foam (poliestireno expandido) representa un problema ambiental creciente y generalizado en todo el mundo. A pesar de su utilidad en la industria de alimentos y bebidas debido a su ligereza y bajo costo, su impacto negativo en el medio ambiente es significativo. Uno de los problemas clave con el foam es su durabilidad excepcional. No se descompone de manera natural durante siglos, lo que lo convierte en un contaminante persistente que contamina nuestro entorno y amenaza a la vida marina.

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El foam de un solo uso a menudo termina en vertederos y, peor aún, en nuestros océanos. Una vez en el agua, se descompone en pequeñas partículas que la vida marina puede ingerir accidentalmente, lo que puede causar problemas de salud y mortalidad en los ecosistemas marinos. Aves, peces y tortugas pueden confundir fragmentos de foam con alimento, lo que puede llevar a graves consecuencias para su salud. Además, la producción de foam implica el uso de recursos no renovables y la liberación de gases de efecto invernadero. Esto contribuye al cambio climático y a la degradación del medio ambiente. Dado que el foam es difícil de reciclar, la mayoría de estos productos terminan como basura, lo que agrava aún más el problema de los residuos sólidos.

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Para abordar este problema, es esencial promover alternativas sostenibles al foam y fomentar la conciencia pública. La campaña "Dale Banda Al Foam" se enfoca en educar a la población sobre estos problemas y en trabajar hacia la eliminación gradual del foam de un solo uso en la República Dominicana. La clave es fomentar una mayor responsabilidad ambiental y la adopción de prácticas y materiales más respetuosos con el planeta para un futuro más limpio y saludable para todos.